Los implantes, hoy día son un tema de máxima actualidad y que interesa mucho a los pacientes.
El éxito de los mismos depende de muchos factores: cantidad y calidad ósea, fresado, donde colocamos el implante, calidad del implante y, un aspecto no tenido muchas veces en cuenta pero que es imprescindible para una buena salud y estética del implante: hablamos de la encía que rodea al implante.
Dicha encía debe ser de una buena calidad, encía insertada o adherida (que es la de calidad) rodeando al implante, esta encía está adherida a planos profundos haciendo de barrera para impedir entrada de bacterias dentro de la encía y transmitirse al implante que rodea, pudiendo infectarse este, produciéndose primero una mucositis ( infección e inflamación que afecta sólo a la encía, sin llegar al hueso, sin pérdida ósea) que puede evolucionar, sino se le pone remedio (higiene) a periimplantitis, la cual significa afectación del hueso que rodea al implante, pudiendo perderse el mismo y terminando en la pérdida del implante. De ahí la importancia de la higiene, revisiones en su dentista, y cuidar no solo el implante, sino también la encía que le rodea.
La encía insertada o adherida, es la encía que se adhiere de una forma firme al hueso que hay debajo y lo protege. Al contrario la encía libre o no adherida, mucosa, es más móvil y no esta tan adherida al hueso por lo que permite la entrada de gérmenes al interior, es por lo que hay que conseguir que el implante se encuentre rodeado de encía insertada o adherida, una cierta cantidad de la misma mínimo 3mm, y de un grosor suficiente (paso una sonda a través de esta encía y si se transparenta la sonda, significa un espesor de encía adherida escaso, aunque mejor que nada).
Por lo que es indispensable esta encía insertada alrededor del implante, para evitar inflamaciones e infección de encía y que se extienda posteriormente al hueso. Además, un buen volumen de encía insertada alrededor del implante favorece la estética de la pieza que se coloca sobre el implante.
Vista la importancia de dicha encía, cuando el paciente la tiene debemos ser muy cuidadosos en la manipulación de la encía y en las cirugías que hagamos para conservarla.
Si el paciente la tiene, pero en poca cantidad o volumen, yo soy partidario de añadirla a esta zona que carece de la misma. ¿Como lo hacemos? Con injertos de encía libre o de tejido conjuntivo (este se encuentra debajo del epitelio de la encía)
Yo, en general cuando necesito hacer un injerto en la mandíbula, sobre todo en la zona anterior me inclino más por un injerto de encía libre. Cuando es en el Maxilar Superior suelo usar el de conjuntivo.
Estos injertos se pueden colocar en cualquier momento: antes de la colocación del implante, durante la colocación del mismo, o posteriormente. Suelo coger el injerto detrás del ultimo molar o del paladar. Insisto cuando no hay encía insertada o es poca en cantidad y grosor (biotipo gingival fino) normalmente coloco injerto gingival o de conectivo, mejora la estética y además el implante está más protegido ante el futuro desarrollo de una periimplantitis y de recesiones gingivales, produciendo un indeseable efecto estético.