Aunque los problemas de las encías en los niños son generalmente poco graves, su frecuencia está en aumento y deben de detectarse precozmente, ya que pueden agravarse en el futuro si no se atajan a tiempo.
Cuando se trata de salud oral en niños, la mayoría de las veces se hace referencia a los dientes y a la principal enfermedad que los afectan, que es la caries. Tradicionalmente, se alerta sobre los altos porcentajes de caries que padecen los niños y de las maneras de prevenir esta enfermedad, pero en la cavidad oral hay más tejidos que se deben cuidar y, sin duda, las encías son las grandes olvidadas.
Prevención y educación
Actualmente se considera que problemas periodontales diagnosticados en el adulto comenzaron en la infancia y la adolescencia, lo que eleva la necesidad de instaurar medidas preventivas eficaces y mecanismos de detección y abordaje precoz de estos trastornos. Y, lo más importante, la educación. Ya en la infancia y adolescencia es preciso insistir en la importancia de la salud oral y, en concreto, de la salud de sus encías, lo que les evitará problemas de salud futuros. Se debe insistir en la idea de que, al igual que ocurre en los adultos, el sangrado de las encías no debe considerarse como algo normal, siendo un signo de alarma que informa de que algo anormal está sucediendo en los tejidos de soporte del diente. Lo más llamativo de la cavidad oral en los niños es que está en un cambio continuo desde el nacimiento hasta la adolescencia. Por eso, es importante una vigilancia constante de la encía con el objetivo de prevenir y tratar de forma precoz cualquier patología que aparezca en la cavidad oral.
Ya desde antes de nacer
La prevención de la enfermedad periodontal debería empezar desde incluso antes de la gestación. Está demostrada la transmisión de bacterias orales de madres a hijos. La mujer que va a tener un hijo debe ser consciente de la repercusión que tendrá el estado de su boca en la salud bucodental futura de su hijo. Cuanta más carga bacteriana tenga en su boca más probabilidad hay de que éstas pasen a la boca de su hijo; y si estas bacterias son causantes de patología (caries, problemas periodontales…), más probabilidad habrá de que su hijo las sufra en un futuro. Este concepto de transmisión de bacterias se extiende también a todos los cuidadores del niño que tengan un contacto estrecho con él. Por eso, se debe asumir que la prevención de los problemas bucodentales de los niños comienza por asegurar que las personas que los cuidan tengan una boca sana, porque la mejor educación para los niños es el ejemplo de los padres y/o cuidadores habituales.
Un problema frecuente
La gingivitis, en sus distintos grados de severidad, es prácticamente universal en los niños (alcanza cifras del 70% en niños de 7 años) y adolescentes (se eleva hasta el 90% a los 10 años). Sin embargo, estos trastornos de las encías no suelen adquirir un perfil grave, de manera que son escasos los niños que presentan periodontitis agresivas (en comparación con los adultos). La pérdida de soporte periodontal es muy poco frecuente en niños de hasta 11 años (0.2-0.5%), pero la incidencia aumenta en los adolescentes (12 a 17 años). A pesar de esta baja prevalencia, en las revisiones orales rutinarias de los niños se deben explorar también las encías y, en caso de detectar cualquier problema, por leve que sea, debe ser tratado.
Buscando las causas
Para mantener la salud de las encías en los niños, lo más importante es el control de la placa bacteriana. El inicio precoz de la eliminación de la placa ayuda a establecer un hábito en el cuidado bucal que dura toda la vida.
La prevención de la enfermedad periodontal debería empezar desde incluso antes de la gestación
La mayoría de las inflamaciones de las encías que aparecen en edades tempranas están relacionadas con los siguientes factores:
• Depósito de placa bacteriana por falta de higiene dental. Las bacterias son las responsables de la gran mayoría de problemas de las encías. Enseñar al niño a limpiar sus dientes evitará el problema y le hará responsabilizarse de su salud bucodental.
• Presencia de caries y obturaciones sobredimensionadas que favorecen la presencia de bacterias y dificultan la higiene. Es muy importante tratar las caries de los niños, aunque sean dientes de leche, y que los tratamientos esté bien realizados para evitar que se produzcan daños en la encía.
• Procesos de erupción y caída de dientes. Durante la erupción y caída de los dientes pueden producirse inflamaciones localizadas en la encía que pueden resultar molestas al niño. Normalmente estos procesos son asintomáticos, pero en ocasiones la encía puede contaminarse de bacterias e inflamarse. En estos casos: la higiene dental y los antiinflamatorios solucionarán el problema.